miércoles, 9 de junio de 2010

Contradicciones Políticas. Peronismo No Peronista

De la nota anterior a esta, existe la misma diferencia que hay entre un hot dog y una hamburguesa. Son cosas distintas pero pertenecen a la misma especie.

Revisando algunos libros viejos, encontré la historia en donde JDP explica el por qué de la palabra "Justicialismo". Resulta que en la patria agrícolo-ganadera Perón quería lograr un cambio socio-económico que llevara a la gente en estado de "malestar", "Bien estar". Es decir, llevar a la mayor parte de la población, progreso. Y esto en estas épocas es indudable que ocurrió. Al desvanecido radicalismo, devenido conservador(*), le ganó Perón las elecciones de 1946, y pensando los ideólogos del Peronismo el nombre que debía llevar la fuerza política joven y gobernante, decidieron que el cambio de razón de estado, no sería sino una transformación de un estado conservador a un estado socialista nacional. Solo que el copyright de la época no permitió que la fuerza se llamara Partido Nacional Socialista Argentino. Por lo que llegaron a la conclusión de que el socialismo, tiende a generar en la sociedad la justicia social y fusionaron Justicia Social Nacionalista, en Justicialismo. Lo que para la época significaba progresismo desde todas las ópticas posibles. Cuando en EEUU todavía existían ciudadanos de 2°, en Argentina hasta el más humilde de los habitantes tenía acceso a los mismos derechos alimentarios, de transporte, educación y salud que el más próspero y mejor apellidado ciudadano porteño.
Y en aquel entonces, se discutía sobre si dar a los "cabecitas negras" o no darles derechos. Cuando hacía 140 años la asamblea del año 1813 había abolido la esclavitud, la sociedad conservadora anti-progresista clamaba porque la esclavitud siguiera existiendo. Y esto se resume, ni más ni menos que en la desigualdad de derechos. Allí el Peronismo, en defensa de la igualdad de derechos, como forma de progresismo, sentó un cambio "Radical" en la sociedad. Hoy sectores que dicen llamarse peronistas, se oponen a cuanta medida progresista haya, al igual que sectores radicales y auto-proclamados progresistas. Dejando a un gobierno pragmático, con un ápice de progresismo, en la posición del más progresista de todos.
Cabe en discusión aparte el analizar si existe intelectualmente la capacidad de permitir sin que se llame peronistas, o justicialistas a quienes solamente son nostálgicos de una época, pero poco hacen para reproducirla y actualizarla. Aparece entonces la contradicción, el ente Justicialismo, indudablemente significa por su origen progresismo. Independientemente de la Peronización del Justicialismo, es innegable que en abstracto justicialismo y progresismo fueron en su origen sinónimos. En la actualidad, y en la práctica lejos de ser sinónimos, sienta una fuerte contradicción, que este redactor se ufana en llamar Pseudo-peronistas y Progresistas. Como diría José Pablo Feinmann, sigo siendo peronista porque no me queda otra, pero de cualquier modo al pensamiento progresista le retumba fuerte la palabra Justicialismo en manos de conservadores.

Sin más. Fue solo un pensamiento plasmado y espero comentarios.

(*)(vale aclarar que radical, viene de raíz, por el cambio que generó el "radicalismo" entre la revolución de los 90´s y la ley Saenz Peña)
Actualizado hace aproximadamente 2 semanas · ·
Sergio Daniel Logares
Sergio Daniel Logares
Juan, querido amigo, ¡si habremos hablado de éstos temas! Primero, antes que nada, y creo que estar ... Ver m ... Ver másásás de acuerdo, "hay que ponerse la mano en el corazón". Así decimos los argentinos cuando nos aprestamos a decir algo con franqueza y honestidad. ¿No?

Bien, en lo personal, y subrayo, en lo personal, tengo la sensación que lo que más nos hace falta a los argentinos es coincidir en lo que está bien y en lo que está mal. Una coincidencia generalizada que ya existe en muchos de nosotros, y que necesita encontrar su cauce para ser expresada. El problema reside en que, ya lo hemos charlado también, éstas posturas de reconocimiento, de autocrítica que necesitamos para crecer, son atacadas por viejos y arcaicos modos de pensar anacrónicos y fundamentalistas.

Entonces, la vida es una gran gama de grises, pero en el límite hay cosas que son "negras" y hay cosas que son "blancas." ¿A qué me refiero?

Criticar las medidas en favor de los trabajadores que alguna vez supo instaurar el justicialismo es propio de canallas. Es cierto que todas ésas medidas tenían raíces socialistas. ¿Y qué? Qué importa de quién viene el remedio con tal que cure.

Una de las más grandes dificultades que tenemos los argentinos es que no logramos generar una clase política honesta, y nótese que digo clase política sin distinción de partido alguno. Más aún, si lo lográramos un gobierno que no se corrompa, sería atacado vilmente por fuerzas que hoy en día están fuera de control.

Pero antes de plantearnos siquiera la posibilidad de un gobierno así debemos desterrar del pasado aquellas cosas que sabemos, íntimamente, que estuvieron mal y condenarlas como corresponde. Los ídolos deben caer para que nazca un pensamiento nuevo, fresco, decidido a hacer historia para todos.

Veamos, para ser más exacto. ¿A quién se le ocurre señalar como "necesario" el bombardeo a Plaza de Mayo que costó tantos muertos? ¿Acaso las bombas que caían distinguían entre peronistas, antiperonistas, radicales, socialistas, niños, mujeres, hombres, etc.? Este acto fue una salvajada de la peor especie. Estuvo MAL.

Cuando el presidente Juan Domingo Perón, públicamente, sugirió hacer listas de los opositores, andar por ahí con "alambre de fardo" para capturarlos, jurar venganzas de cinco por uno y barbaridades semejantes. Estuvo MAL.

Cuando la Revolución Libertadora persiguió, encarceló, torturó y fusiló a sus opositores sumariamente, el silencio de los políticos de turno, de todo el arco de izquierda a derecha, estuvo MAL.

Cuando la última dictadura militar cometió los salvajes crímenes que todos conocemos, estuvo MAL. Su error fue inmensamente mayor al que cometieron otros que se bajaban de un automóvil, ametrallaban a un custodio policial en la puerta de un banco y salían huyendo. Éstos también estuvieron MAL. Siempre me pregunté qué tenían de "revolucionarios" crímenes como ésos.

Me puedo pasar el día entero describiendo situaciones semejantes del lado de lo que está MAL. Pero cómo cuesta encontrar páginas de la historia argentina en las que se cuenten cosas que estuvieron BIEN.

Mientras no nos deshagamos de éstos fantasmas poniéndolos en el lugar que corresponde, no vamos a cambiar ninguna historia.

Demando una nueva forma de pensar, más allá de los rótulos y las denominaciones. Una nueva forma de pensar que VEA las cosas como son y no se cierre los ojos justificando lo injustificable en el nombre de un pasado reciente del que no podemos enorgullecernos. Cuando la clase política, TODA, se viste con trajes de marca, zapatos y carteras que cuestan varias veces el salario de los trabajadores, se pasean en sus auto último modelo, negocian para la tajada en favor de sí mismos, y abajo seguimos viendo el abismo de la miseria, algo está MAL. Veo a ésa clase como una suerte de nueva aristocracia cuya fiestas privadas pagamos todos como algo que ha surgido de nosotros mismos, sin duda. Los criticamos, y en el fondo es porque muchos de los que los critican quisieran estar en el lugar de ellos también.

En sínteis, lo dicho, demando una nueva forma de pensar.

Gracias y disculpas por la extensión.

Un gran abrazo.
El 23 de mayo a las 14:31 ·
Juan Ignacio Lorente
Juan Ignacio Lorente
Estimado Sergio: No es menester vuestra disculpa, puesto que como ya lo he dicho, m ... Ver másás que a un amigo, te considero un maestro. Soy un poco más optimista a la hora de leer la historia y prefiero pensar que Sí hubo cosas que se hicieron bien, así como cosas que se hicieron mal. No obstante, quisiera sugerir que existe una forma desvirtuada de aristocracia, que es la oligarquía. Pero yo no la veo tanto en el gobierno nacional. Más bien la veo atacando al gobierno Nacional.

Comparto plenamente, una verdadera NUEVA FORMA DE PENSAR.

Un gran abrazo
El 23 de mayo a las 21:32 ·
Sergio Daniel Logares
Sergio Daniel Logares
Querido Juan: De acuerdo contigo. Es mejor la palabra oligarqu ... Ver másía, aunque en nuestro país, históricamente, sabemos de quiénes hablamos. Que la oligarquía, según lo mencionás, ataque al Gobierno Nacional, no debería sorprendernos. Salvando las distancias, ¿no recordamos que atacaron también al gobierno de Raúl Alfonsín? Y cuando no atacaron se encargaron de pedir más y más.

Siempre estuvieron ahí, apoyando golpes de estado, tratando de no perder su papel de titiriteros de los gobiernos de turno. Años recientes, algunos de ellos se autodenominaron "liberales" para ser más presentables. Pero la mona, aunque se vista de seda, mona queda. Son, por ejemplo, los que nos quieren vender la teoría del "derrame", pero no nos cuentan que, por las dudas, pusieron un plato abajo del vaso para seguir juntando hasta lo que les sobre. No vaya a ser que este año no puedan cambiar el auto.

Gracias por incluir la palabra "tanto" al referirte al Gobierno Nacional. Concedo también, pero ambos sabemos de quiénes hablamos, y me permitiría, con todo respeto, advertirle al oficialismo que si sigue permitiendo tales comportamientos, la presencia de ésa clase de sujetos va a provocar su derrota más temprano que tarde, mucho más que las operaciones políticas de la oposición.

En fin, creo que nos fuimos un poco del tema, ¡pero siempre fue así en nuestras conversaciones!

Un gran abrazo
El 23 de mayo a las 23:22 ·
Juan Ignacio Lorente
Juan Ignacio Lorente
Lamentablemente debo compartir contigo lo del gobierno nacional. Ayer una persona me preguntaba- ¿Por qué sos oficialista? Y yo respondí, banco a este gobierno, no porque sean los mejores, sino porque son lo que más se parece al progresismo, y el que le sigue atrás en la "carrera progre" viene 3 cuadras y media atrás.

Un Gran abrazo

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